Los primeros indicios: la Colonia
El periodismo mexicano empieza en la Colonia, con los llamados pregoneros quienes se encargaban de dar difusión en voz alta a ciertas noticias. Las hojas volantes son también características de esta época y fueron introducidas dos años después de la primera imprenta (que fue en 1539) mientras que el contenido de las publicaciones informaba de asuntos extranjeros, así como de pequeños detalles de carácter local como crímenes, ejecuciones, muertes. La primera hoja volante se dio acerca del terremoto en las Indias, en una ciudad llamada Guatemala, que fue impresa en 1541. La primera gaceta se dio en 1666 y se llamaba Gazeta general. Sucesos del año de 1666. Provisiones y Mercedes, en los Reinos de España, Portugal y Nueva España, además de que salieron otras. Después de un año, las gacetas empiezan a obtener una cierta periodicidad.
Para este entonces, las publicaciones eran difíciles de hacer debido a ciertas carencias para su elaboración, como el papel. De forma gradual, las hojas volantes pasan a la historia cuando estas publicaciones incrementan su tamaño, a estructuras más grandes de ocho o más hojas y las publicaciones se acercaban hacia la literatura más que a la periodística como tal. Las gacetas fueron de alguna forma las primeras formas de periodismo, sin embargo, aún no se concebía la libertad de opinión. La estructura de estas noticias seguía a la europea, con una gran influencia religiosa en ellas y algunas con información extranjera. Con la aparición de las gacetas implementan la necesidad del periodismo en la Nueva España. Se considera también al primer periodista mexicano como Juan Ignacio de Catorena quien creo Gaceta de México.
La Independencia: el primer diario
En esta etapa aparece el primer diario, bajo el nombre de El Diario de México por Carlos María de Bustamande y Jacobo de Villaurruti, del cual cada número contaba de cuatro páginas impresas y su contenido estaba muy influenciado por la literatura y además tenía el objetivo de propagarse a diferentes esferas sociales. El Diario contaba con temáticas científicas, como inventos, enfermería, artesanía, medicina, entre otras, además tomó gran relevancia por su valor histórico en la fase final del virreinato por la información que podría brindar el periódico. El Diario tenía grandes “tendencias populistas” y también salieron otros periódicos que no se tornan muy relevantes.
Respecto al ambiente histórico, se concibe la nueva Constitución en donde “la libertad de prensa” se repensaba como un derecho, sin embargo, esto estaba lejos de ser así: las autoridades virreinales llegaban a encarcelar a quienes fueran en contra de la ideología política. El Diario por su parte, se describía así mismo con su fin de perseguir la guerra, la justicia del movimiento insurgente y las circunstancias en que se desarrollan los planes rebeldes, así como las capas políticas, económicas y sociales que lo forman.
En esta época de guerra, muchos periódicos plasmaron distintas ideas, pero con fuertes intenciones patrióticas, a favor de la libertad en Nueva España. Y a partir de 1810, los periódicos conforman parte de un sinfín de métodos de lucha por la libertad. En 1912, se promulga la libertad de prensa. El despertador americano es un ejemplo de ello, fundado por Hidalgo en la ciudad de Guadalajara, quien funda el conocido primer periódico insurgente.
El quehacer periodístico: la época de la Reforma
Muchos de los periódicos en esta época se usaron para defender posiciones políticas, además de desprestigiar a otros políticos. Sin embargo, la novedad periodística es el contenido era editorial y de opinión que abundaba, además de otras publicaciones meramente informativas. La forma de la redacción entre las publicaciones opinativas y las de carácter informativo tuvieron gran relevancia ya que se podían contrastar a sí mismas. Con este ambiente, el liberalismo y el conservadurismo emprendió una lucha en el periodismo para poder solventar su posición ideológica, aunque pudieran muchas veces basarse en la mentira y así formar una opinión pública, que, para la época, tomaba más peso. Los periodistas que realizaban esta labor expresaban profundos intereses políticos, lo que sesgó de alguna forma el periodismo, además de su propia concepción del pueblo, que era visto como carente de el derecho de poder decidir, mientras que el periódico podía adquirirse por clases privilegiadas, dejando afuera a otras.
La profesión de periodista no existía como tal, no tenía un reconocimiento, pese a ello, había una fuerte necesidad de expresión. Por aquella época los periódicos pudieron subsistir por empresarios privados y a las editoriales, los periodistas no ganaban grandes cantidades, por lo que se auxiliaban de otros trabajos y fue practicado por militares, abogados, religiosos, políticos, literatos, oficiales. Estas profundas tendencias ideológicas (conservadoras y liberales) no excluían a otro tipo: la oficial, quien era la autorizada por el gobierno para informar acerca de actos, leyes y decretos, aunque no dejo de defender al régimen. De tal manera que, aunque no existiera la búsqueda de un periodismo objetivo, es aquí donde se empiezan a darse las reglas, los estilos y los criterios periodísticos que sirvieron en la evolución del periodismo. Algunos de los periódicos sobresalientes: El Siglo xix, El Monitor Republicano, La Cruz, El ómnibus, El Heraldo, El Movimiento, y La Sociedad
El porfiriato
En esta época había grandes influencias con la revolución francesa, especialmente con los ideales de esta, que rezaban: libertad, igualdad y fraternidad. México se encontraba en un florecimiento económico y tecnológico: se había modernizado, había tenido ferrocarriles, electricidad, telégrafo. En este entonces la prensa se consideraba bajo el término “el cuarto poder” y el periodismo empezaba a crecer aún más, aunque realmente la mayoría de la gente no sabía leer y escribir. Porfirio Diaz por otra parte, prefería pagar a los periódicos para que hablaran bien de él. Nació el Imparcial, que adulaba a Diaz y obtenía gran popularidad por su bajo precio.
Periódico El Imparcial, 1911.
En 1857 la libertad de prensa era considerada por la Constitución, sin embargo, en 1870 con la ley de imprenta, se dio una llamada “censura” a los periodistas que “desobedecieran a la ley con calumnias”. Esto dio pie a que muchos periodistas sufrieran torturas y castigos con el fin de reprimirlos. Tras la relección de Diaz, surgieron más periodistas opositores y a pesar de la gran polarización que podía ejercer el Imparcial, muchas publicaciones opositoras pudieron obtener también una gran influencia, sin embargo, estos fueron castigados también, un ejemplo fue Daniel Cabrera, dueño del el Hijo del Ahuizote, pero fueron muchos los periodistas reprimidos, exiliados y asesinados.
La Revolución Mexicana
Con el régimen porfirista, el periodismo trataba de combatir al régimen. Algunos periódicos sobresalientes son El Hijo del Ahuizote, y el Universal. Se destacaron los hermanos Flores Magón quienes se caracterizaron en esta época en la lucha revolucionaria que el periodismo emergió para dar pie a las ideas del partido Liberal Mexicano. Los hermanos Flores Magón se iniciaron por la colaboración de edición del periódico El Demócrata. Así como en El Hijo de El Ahuizote y Regeneración, que fueron censuradas. Gracias a esto el régimen empezó a debilitarse y finalmente extinguirse, los hermanos fueron encarcelados y varias veces expulsados; desde Estados Unidos, continuaron su labor periodística contra el régimen, que dio pie a la revolución mexicana, debido al impacto social que causaron.
Desde los incipientes orígenes del periodismo, que muchos autores pueden optar por llamarles “actos similares” o simplemente antecedentes, se puede observar cómo es que el periodismo se volvió necesario, con las luchas y los grandes problemas que esto podía llevar a cabo, no solo eso: el estallido de muchos movimientos sociales que trajeron consigo movimientos mucho más grandes, como las guerras. De alguna forma, el periodismo europeo como proceso social se ve muy similar. Estas etapas han servido para formar de alguna forma el periodismo que se concibe como tal. La acción periodística muchas veces fue mutilada por el Estado, por la política que se ceñía a ideales propios y que no permitían la libertad de expresión. El periodismo por otra parte empezó cada vez a hacerse más importante, especialmente en la concepción de este como un trabajo.
Se observa que el periodismo ha tratado de extinguirse y que ahora, lo que parece algo normal, como lo es el derecho a la libertad de expresión, no lo fue: las ideas venían siempre por saturar y presentar al periodismo tan solo una “vía” de comunicación entre el gobierno y la sociedad, que debía atender, además a la ideología del gobierno en turno, lo que podía representar una gran polarización en las ideas, la cultura y la inteligencia de un pueblo que desinformado solo podía atender a injusticias.
Además, esta trascendencia se puede contrastar con la época actual, en donde se siguen recibiendo fuertes críticas y evasiones del gobierno. O también, la fuerte actividad del periodismo ha llevado hoy también al silencio de muchos ellos a manos de grupos delictivos, sin mucha evolución por parte de la seguridad que debe brindar el Estado. El periodismo sigue siendo, por lo menos en México, un proceso hacia aquella real y ansiada libertad de expresión que se ve mermada por los antecedentes políticos, sociales y culturales.
Referencias bibliográficas
Historia del periodismo universal, Carlos Barrera